Bill Gates y su amigo Paul Allen tenían 13 años cuando llegó el primer computador a su escuela. Quedaron maravillados y, desde ese momento surgió la idea de que todos algún día pudieran poseer su propio computador.
Un paso importante, quizás el más relevante en la persecución de este sueño, se produjo el 4 de abril de 1975, cuando ambos decidieron fundar Microsoft en Albuquerque, Nuevo México.
En aquel entonces, la compañía nació para comercializar intérpretes de BASIC para el Altair 8800, un micro computador fabricado en 1974, basado en Intel 8080.
Años después, Microsoft ya dominaba el mercado de los sistemas operativos para computadores personales con MS-DOS, éxito que luego prosiguió con Microsoft Windows.
“Desde el inicio, Paul Allen y yo nos propusimos como meta que cada hogar y cada escritorio contara con un computador. Fue una idea atrevida y muchas personas pensaron que estábamos locos por pensar que esto podría ser posible”, escribió Gates en una carta a propósito del aniversario 40 de la compañía.
“Es maravilloso pensar lo lejos que ha llegado la computación desde entonces, y podemos estar orgullosos por el rol que Microsoft ha jugado en esa revolución”.
El otro sueño de Gates
Actualmente, Bill Gates es uno de los hombres más ricos del mundo. El informático ha aprovechado la importante plataforma que le significó Microsoft para mostrarse como un respetable filántropo.
El magnate también constantemente es consultado para opinar sobre cualquier cosa, desde el estado actual de la tecnología hasta distintos productos de la cultura popular, como novelas o series de televisión.
En una entrevista reciente se le consultó a Gates qué otro sueño tiene por realizar, tal como lo tuvo en 1975 con Microsoft cuando era un joven estudiante de ingeniería informática en Harvard.
Su nuevo sueño consiste en mejorar los computadores y nutrirlos con todo el conocimiento que ya existe.
“Teniendo en cuenta mis antecedentes, me gustaría fundar una compañía de inteligencia artificial cuyo objetivo fuera enseñar a los ordenadores a leer, para que puedan absorber y comprender todo el conocimiento escrito del mundo. Eso es un campo en el que la IA todavía aún tiene que avanzar”, reconoció.
Una cosa es segura: al menos tiene la ambición y los recursos como para materializar este sueño.
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